Cuando en 1974 el ‘Laboratorio para bebés anfibios’ abrió sus puertas en Zaragoza poca gente, por no decir nadie, entendía que un bebé con 5 meses de vida pudiera, e incluso debiera, realizar actividades en el medio acuático.
Por suerte, hubo alguien que no sólo creyó en los beneficios que el agua podía aportar a los más pequeños de la casa, sino que dedicó más de 25 años a la investigación y al desarrollo de una metodología de enseñanza propia que se convertiría, a lo largo de estos años, en referente educativo en el ámbito internacional. Esa persona fue: Pedro Franco.
Muchas son las actividades y los servicios que se han ido incorporando en los últimos años, hasta conformar lo que hoy se denomina ‘Piscina-Escuela de Natación Pedro Franco’.
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